miércoles, 20 de marzo de 2013

La Rana que quería ser una Rana auténtica

Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía Pollo.
Monterroso, Augusto. La oveja negra y demás fábulas




Once upon a time, there lived a frog who wanted to be a real Frog, and she tried hard every single day.

At the beginning, she bought a mirror and she endlessly looked at herself , trying to find the authenticity she longed for. Sometimes she found it and sometimes she did not, depending on her mood that particular day or at that particular hour, until she got tired and she put the mirror away in a trunk.

She eventually decided that other people's opinions were the only way for her to know how worthy she was, and she started to comb her hair and to get dressed and undressed (when this was her last resort) to find out if they approved of her and recognize that she was a real Frog.

And then, one day, she realized that people admired her most for her body, and especially her legs, so she dedicated herself to jumping and doing sidesaddles to improve them, and everyone applauded her. 

So she kept on working and eventually she even let people pull her legs up and eat them to be considered a real Frog, and sad enough, she still overheard them when they said that she was so tasty that she could have been a Chicken. 

2 comentarios:

  1. ¿Merece la pena tanto esfuerzo por agradar a los demás y ni siquiera reconocértelo ?
    ! Qué ironía !

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