Salta de vez
en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de
latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.
Prensado en
un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno como una lamentable
crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se
ha operado en él. Es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en
silencio las primeras lluvias.
Y un buen día
surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como
un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfinge hay una secreta proposición
de canje, y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con una abrumadora
cualidad de espejo.
Arreola,
Juan José. Bestiario
He jumps every once in a while, just to check his static radical. His jumping is somehow like a heartbeat; all things considered, he is all heart.
Compressed in a block of cold mud, the toad plunges into winter as a pitiful chrysalis. He wakes up in spring, aware that he has undergone no metamorphosis. In his deep dryness, he is more toad than ever. He quietly waits for the first rains to come.
And then, one day, he comes out of the soft soil, heavy with humidity, swelled with resentful vitality, as a heart thrown on the floor. There is a secret intention of exchange in his sphinx attitude, and the ugliness the toad shows us is overwhelmingly mirror-like.
Esto es muy difícil comprender pero es muy interesante. Me gusta la comparación entre el sapo en el invierno y el sapo en la primavera. Es interesante que el sapo se compara con un latido del corazón.
ResponderEliminarSam Hayden
Me gusta mucho esto dibujo. Es interesante y me gustan los sapos. El poema es muy bonito.
ResponderEliminarRachael Smith