lunes, 25 de marzo de 2013

Brevedad en la literatura hispana contemporánea

Este blog constituye mi proyecto participativo para la clase de Español 410 – Brevedad en la literatura hispana contemporánea.
En cada post podréis encontrar un texto breve originalmente escrito en español junto con mis ilustraciones y  mis traducciones al inglés (haced clic en el enlace “Do you want to read this in English?”). Todos los textos están relacionados con el tema de los animales.
Para participar en esta blog, podéis dejar comentarios o usar el sistema de valoración mediante estrellas (haced clic en el número de estrellas que se corresponde con vuestra opinión: “Es terrible”, “No me gusta”, “No está mal”, “Me gusta” o “Es mi animal favorito”).
¡Gracias a todos!

miércoles, 20 de marzo de 2013

Greguería I

El hipopótamo juega a ser submarino.
Gómez de la Serna, Ramón. Greguerías




Mosquitos

Nacen en los pantanos del insomnio
Son negrura afilada que aletea.
Vampiritos inermes,
sublibélulas,
caballitos de pica
del demonio.
Pacheco, José Emilio. Álbum de zoología



El sapo


Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.
Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno como una lamentable crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él. Es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en silencio las primeras lluvias.
Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfinge hay una secreta proposición de canje, y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con una abrumadora cualidad de espejo.
Arreola, Juan José. Bestiario



Langosta

De la langosta se sabe que a pesar de su excelente armadura y sus costumbres del abismo marino
llega a la tierra destinada al tormento
Pacheco, José Emilio. Álbum de zoología




Erizo

El Erizo es el sol del mar,
centrífugo y anaranjado,
lleno de púas como llamas,
hecho de huevos y yodo.
El Erizo es como todo el mundo:
redondo, frágil, escondido;
húmedo, secreto y hostil:
el Erizo es como el amor.
Neruda, Pablo. Bestiario




La Mosca que soñaba que era un Águila

Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.
En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos. Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.
Monterroso, Augusto. La oveja negra y demás fábulas




Greguería II

Las manchas blancas que presentan las vacas en la piel oscura se deben al reflejarse las nubes sobre ellas.
Gómez de la Serna, Ramón. Greguerías



Toro

El más antiguo toro cruzó el día,
Sus patas escarbaban el planeta.
Siguió, siguió hasta donde vive el mar.
Llegó a la orilla el más antiguo toro
A la orilla del tiempo, del océano.
Cerró los ojos, lo cubrió la hierba.
Respiró toda la distancia verde.
Y lo demás lo construyó el silencio.
Neruda, Pablo. Bestiario




La madre de las tortugas

Veintidós siglos antes de la era cristiana, el justo emperador Yü el Grande recorrió y midió con sus pasos las Nueve Montañas, los Nueve Ríos y los Nueve Pantanos y dividió la Tierra en Nueve Regiones, aptas para la virtud y la agricultura. Sujetó así las Aguas que amenazaban inundar el Cielo y la Tierra; los historiadores refieren que la división que impuso al mundo de los hombres le fue revelada por una Tortuga sobrenatural o angelical que salió de un arroyo. Hay quien afirma que este reptil, Madre de todas las Tortugas, estaba hecho de agua y de fuego; otros le atribuyen una sustancia harto menos común: la luz de las estrellas que forman la constelación del Sagitario. En el lomo se leía un tratado cósmico titulado el Hong Fan (Regla General) o un diagrama de las Nueve Subdivisiones de ese tratado, hecho de puntos blancos y negros.
Para los chinos, el Cielo es hemisférico y la Tierra es cuadrangular; por ello descubren en las tortugas una imagen o modelo del universo. Las tortugas participan, por lo demás, de la longevidad de lo cósmico; es natural que las incluyan entre los animales espirituales (junto al unicornio, al dragón, al fénix y al tigre) y que los augures busquen presagios en su caparazón.
Than-Qui (tortuga-genio) es el nombre de la que reveló el Hong Fan al emperador.
Borges, Jorge Luis. Manual de zoología fantástica



Greguería III

La lagartija es el broche de las tapias.
Gómez de la Serna, Ramón. Greguerías



La boa

La proposición de la boa es tan irracional que seduce inmediatamente al conejo, antes de que pueda dar su consentimiento. Apenas si hace falta un masaje previo y una lubricación de saliva superficial.
La absorción se inicia fácilmente y el conejo se entrega en una asfixia sin pataleo. Desaparecen la cabeza y las patas delanteras. Pero a medio bocado sobrevienen las angustias de un taponamiento definitivo. En ayuda de la boa transcurren los últimos instantes de vida del conejo, que avanza y desaparece propulsado en el túnel costillar por cada vez más tenues estertores.
  La boa se da cuenta entonces de que asumió un paquete de graves responsabilidades, y empieza la pelea digestiva, la verdadera lucha contra el conejo. Lo ataca desde la periferia al centro, con abundantes secreciones de jugo gástrico, embalsamándolo en capas sucesivas. Pelo, piel, tejidos y vísceras son cuidadosamente tratados y disueltos en el acarreo del estomago. El esqueleto se somete por último a un proceso de quebrantamiento y trituración, a base de contracciones y golpeteos laterales.
Después de varias semanas, la boa victoriosa, que ha sobrevivido a una larga serie de intoxicaciones, abandona los últimos recuerdos del conejo bajo la forma de pequeñas astillas de hueso laboriosamente pulimentadas.
Arreola, Juan Jose. Bestiario



Greguería IV

El murciélago vuela con la capa puesta.
Gómez de la Serna, Ramón. Greguerías




La Rana que quería ser una Rana auténtica

Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía Pollo.
Monterroso, Augusto. La oveja negra y demás fábulas



La liebre lunar

En las manchas lunares, los ingleses creen descifrar la forma de un hombre; dos o tres referencias al hombre de la luna, al man in the moon, hay en el Sueño de una Noche de Verano. Shakespeare menciona su haz de espinas o maleza de espinas, ya alguno de los versos finales del canto XX del Infierno habla de Caín y de las espinas. El comentario de Tomaso Casini recuerda a este propósito la fábula toscana de que el Señor dió a Caín la luna por la cárcel y lo condenó a cargar un haz de espinas hasta el fin de los tiempos. Otros, en la luna, ven la sagrada familia, y así Lugones pudo escribir en su Lunario sentimental:
Y está todo: la Virgen con el niño; al flanco,
San José (algunos tienen la buena fortuna
de ver su vara): y el buen burrito blanco
Trota que trota los campos de la luna.
Los chinos, en cambio, hablan de la liebre lunar. El Buda, en una de sus vidas anteriores, padeció hambre; para alimentarlo, una liebre se arrojó al fuego. El Buda, como recompensa, envió su alma a la luna. Ahí, bajo una acacia, la liebre tritura en un mortero mágico las drogas que integran el elíxir de la inmortalidad. En el habla popular de ciertas regiones, esta liebre se llama el doctor, o liebre preciosa, o liebre de jade.
De la liebre común se cree que vive hasta los mil años y que encanece al envejecer.
Borges, Jorge Luis. Manual de zoología fantástica.